El transporte de residuos peligrosos representa una de las actividades más sensibles dentro de la gestión ambiental, ya que implica el traslado de elementos que pueden poner en riesgo la salud humana y el entorno si no se manipulan correctamente. En Chile, esta actividad está regulada por normativas estrictas, siendo el Decreto Supremo N°148 del Ministerio de Salud el marco legal principal que rige su control.
¿Qué se considera un residuo peligroso?
Un residuo peligroso es aquel que, por su naturaleza química, biológica o física, presenta características como toxicidad, inflamabilidad, corrosividad o reactividad. Estos residuos pueden provenir de sectores industriales, mineros, hospitalarios o agroindustriales, y su traslado exige medidas específicas de seguridad.
Requisitos para transportar residuos peligrosos en Chile
Según el Título V del DS N°148, el transporte de residuos peligrosos solo puede ser realizado por personas naturales o jurídicas autorizadas por la Autoridad Sanitaria, lo que implica una evaluación técnica tanto del operador como de los vehículos e instalaciones involucradas.
Los puntos clave que deben considerarse son:
1. Autorización sanitaria
Toda empresa que desee transportar residuos peligrosos debe contar con una autorización válida a nivel nacional, que incluye:
- Verificación de las condiciones del vehículo.
- Revisión de los puntos de carga y descarga.
- Validación del plan de operación segura.
2. Plan de contingencias
Este plan es obligatorio y debe contemplar:
- Protocolos ante derrames o accidentes.
- Capacitación del personal.
- Equipos de comunicación.
- Listado de contactos de emergencia (Carabineros, Bomberos, Autoridad Sanitaria).
Su objetivo es asegurar una respuesta rápida y eficiente ante cualquier imprevisto en ruta.
3. Documentación obligatoria
Durante el transporte, deben acompañar los siguientes documentos:
- Documento de Declaración de Residuos Peligrosos.
- Hojas de Seguridad (MSDS).
- Sistema de Declaración y Seguimiento (SIDREP), que permite el monitoreo del trayecto y la entrega del residuo en el destino final.
Si el viaje supera las 48 horas, esta circunstancia debe registrarse y justificarse ante las autoridades.
4. Condiciones del vehículo y capacitación del personal
Los vehículos deben ser adecuados según el tipo y volumen del residuo, incluyendo sistemas de contención, señalización visible y materiales resistentes a derrames o fugas. Además, los conductores y operadores deben estar entrenados en procedimientos de seguridad y respuesta ante emergencias.
5. Excepciones para pequeños generadores
El reglamento contempla una excepción para pequeños generadores, quienes transportan residuos en cantidades mínimas (menos de 6 kg de residuos tóxicos agudos o menos de 2 toneladas de otros tipos). Estos casos no están obligados a presentar un plan de manejo ni a cumplir con todos los requisitos establecidos para transportistas regulares.
¿Por qué es clave una gestión responsable?
Una mala gestión del transporte de residuos peligrosos puede derivar en:
- Contaminación de suelos, aguas y aire.
- Accidentes con consecuencias graves.
- Sanciones legales para las empresas involucradas.
Por ello, el cumplimiento del DS N°148 no solo es una obligación legal, sino una responsabilidad ética y ambiental que protege a la comunidad y al ecosistema.
Hacia una logística sustentable
En el contexto de la economía circular, una logística ambientalmente segura es fundamental para cerrar correctamente el ciclo de los residuos peligrosos. Esto implica no solo su recolección y transporte adecuado, sino también garantizar su tratamiento o disposición final sin dañar el entorno.
Empresas comprometidas con la sostenibilidad están incorporando tecnologías de monitoreo GPS, vehículos especializados y plataformas digitales para una trazabilidad completa del residuo.
